Marco Simoncelli falleció tras
sufrir un grave accidente durante el gran premio de Malasia.
En la segunda vuelta de la
carrera, el piloto perdió el control de su moto, se agarró al manillar y cruzó
el asfalto a lo ancho. De esta manera se cruzó en la trayectoria de Collin
Edwards, quien no pudo esquivarlo y pasó por encima del cuello de Simoncelli, que
perdiendo así el casco.
En el accidente también estuvo
involucrado Valentino Rossi, el mejor amigo de Simoncelli en la parrilla, que
chocó con Collin Edwards pero logró
evitar la caída. Tras el escalofriante suceso, Simoncelli quedó inerte sobre el
asfalto.
Automáticamente,
los comisarios de carrera sacaron la bandera roja. El piloto llegó a la clínica
móvil con una parada cardiorespiratoria y con marcas de neumáticos en el
cuello. Inmediatamente fue trasladado en helicóptero al hospital más cercano,
pero los médicos no pudieron hacer nada ante la gravedad de sus heridas. 50
minutos después del accidente, se confirmó la muerte de Marco Simoncelli.
Una multitud compuesta por familiares,
allegados, vecinos, aficionados y compañeros de profesión, quisieron dar el último
adiós a Simoncelli en el funeral celebrado en su pueblo natal de Coriano. La iglesia de la localidad se quedó pequeña
por lo que muchos tuvieron que conformarse con despedirse del piloto al paso
del féretro camino al altar, donde le esperaba su familia. Allí estuvo
flanqueado por sus dos motos: la Gilera con la que ganó el Mundial de 250cc en
2008 y su última Honda de MotoGP.
La gente de Coriano quiso rendirle un último
homenaje a su ídolo antes de que sus restos fueran incinerados. Por lo que, el
número 58 estuvo presente en pancartas y mensajes de despedida de los
aficionados a lo largo del recorrido que realizó el féretro, desde el teatro
municipal de Coriano hasta la iglesia; siempre con los aplausos de los
admiradores como único sonido de fondo.
El
féretro de «Supersic», como se conocía cariñosamente al piloto, estuvo
escoltado por un grupo de jóvenes que vestían monos de motociclista y que
portaban globos con el número 58 con el que corría el italiano.
Hasta la fecha, sólo había un dorsal retirado de
la parrilla de la clase reina. Se trataba del 34 de Kevin Schwantz,
precisamente el ídolo de Marco Simoncelli, cuyo dorsal, el 58, tampoco lo podrá
llevar ningún otro piloto a partir de ahora en MotoGP. Es otra forma de honrar
por siempre su memoria.
Desde este blog también queremos
rendir homenaje a uno de los grandes.
Marcos Simoncelli siempre con nosotros.
Realizado por Rocío De La Cruz Charro, 2ºBCA.
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